Mujer Adúltera

Una vez más, los letrados y fariseos le han tendido una trampa a Jesús. El mismo había dicho: No creáis que haya venido a abolir la ley. Por lo tanto, según la ley, debe condenar a la mujer sorprendida en adulterio. Pero si la condena, perderá su fama de misericordioso y de amigo de los pecadores que se ha ganado entre el pueblo.

Pero si la deja libre, demostrará que pisotea la ley, y le podrán tachar de hereje. Jesús - aparentemente - no se interesa por la trampa que le han preparado con tanta perfidia: Inclinándose escribía con el dedo en el suelo. Pero ellos insisten. Quieren conseguir la sentencia a todo precio.

Entonces Jesús se incorpora y les dice: Adelante, condenadla, lapidadla según la ley. Pero que aquel que esté sin pecado, le tire la primera piedra.

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